EL HOMBRE QUE VIO EL CIELO Y EL INFIERNO






Cuando Javier Vanegas llegó a la sala de urgencias del Hospital de Kennedy, en Bogotá, el pasado domingo luego de ser herido en el pecho por un arma blanca, sus probabilidades de sobrevivir a una herdida por arma blanca en el pecho eran mínimas.

Los médicos no encontraron signos vitales en el momento de su ingreso, pero detectaron “cierto nivel de actividad cerebral” y decidieron iniciar maniobras de resucitación a este hombre que se dedica al oficio del reciclaje, tal como lo confirmó a Semana.com su esposa, Isolina Cortés Herrero.

Ella dijo que Javier, su esposo desde hace 19 años y con quien tiene tres hijos, a pesar de soñar con ser modelo o actor de televisión, por la falta de oportunidades tuvo que dedicarse a la selección de desechos .

Precisamente cuando hacía su trabajo en los alrededores de la puerta 6 de Corabastos fue atacado con un cuchillo a la altura del corazón por una mujer.

“Nunca había visto a esa mujer. Tenía el cabello desordenado, la cara manchada y aspecto de malvada”, contó doña Isolina.

La señora Cortés Herrero relató que el domingo estaban llegando con Javier a la Central de Abastos de la capital cuando fueron abordados por una supuesta habitante de la calle que declaró ser la novia del también cotero.

Luego de insultarlo, dijo doña Isolina, la mujer de estatura baja y cabello teñido, sacó de sus bolsillos un cuchillo que clavó en el tórax de Javier, quien inmediatamente se desvaneció y tuvo que ser llevado de urgencia hasta el CAMI de Patio Bonito.

“A pesar de la herida, él iba consciente diciéndome que no lo dejara dormir”, apuntó la esposa de Vanegas.

Al reconocer que no se contaba con los equipos necesarios, directivos del centro asistencial decidieron remitirlo al Hospital de Kennedy, donde ingresó por la sala de urgencia.

Por la gravedad de la herida, Javier fue ingresado al quirófano, donde fue perdiendo sus signos vitales hasta ser declarado muerto, según confirmó a Semana.com el gerente del Hospital de Kennedy, doctor Juan Ernesto Oviedo.

En aquel sitio Javier ‘vivió’ los 45 minutos más largos de su vida; un equipo de médicos que por lo general realiza de maniobras de resucitación por sólo 15 minutos decidió no darse por vencido con este paciente. Los galenos masajearon directamente el corazón para hacer que la sangre fluyera al cerebro y gracias a su accionar, el corazón de Vanegas volvió a latir.

“No hay nada más que decir. Esto es un milagro”, añadió en su momento el doctor Oviedo al señalar que Javier Vanegas fue llevado a la unidad de cuidados intensivos, donde permanece delicado pero estable.

Hoy doña Isolina Cortés Herrero y sus tres hijos agradecen a Dios por el milagro y a los esfuerzos de lo médicos por salvar la vida de su esposo y padre, quien es llamado ahora el ‘Lázaro de Corabastos’.

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